Contra el Arte
Las estrategias
estéticas implementadas por Adán Vallecillo intensifican el valor constitutivo
que la materia, como sustancia primaria del trabajo artístico, tiene en la
configuración conceptual de la obra. En Pintura Mural,
el artista recurre a vertederos para localizar entre desechos los pigmentos que
luego organiza en una composición multi-cromática reticular. El carácter
redisual de estos materiales nos remite a un singular modo de significar al que
recurre Vallecillo: la temporalidad implícita en los materiales mismos, indicios
de trabajos inútiles o de frescos fetiches de la maquinaria capitalista. La
significación está en el propio gesto del artista de recurrir a desechos y
escombros para crear un discurso visual, y provocar así un diálogo sobre el
modo de producción que tan empeñadamente, y a pesar de recurrentes fracasos, se
defiende en Honduras con delirantes racionalizaciones, absurdos discursos
políticos, alienante publicidad, gas lacrimógeno, torturas y asesinatos. En Pintura Mural, el color y la forma no sólo
surgen de la misma basura, sino que la obra misma, tanto proceso creativo como
resultado expositivo, se localiza en y alrededor del vertedero. La obra
radicaliza así su crítica del modo
mismo de producir arte en Honduras, un modo aun fascinado por las falacias de una
industrialización que nuestro país nunca desarrolló. Constituye entonces no
sólo una crítica al modo de producción que se persigue en Honduras, sino que
también es un llamado a repensar nuestra forma de producir arte, tanto material
como conceptualmente.
--Gustavo Larach
Albuquerque, agosto
de 2012
fotos: Fernando Cortés
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