domingo, 22 de enero de 2017

MATERIAS PRIMAS


Cantaleta


Mala esta cosa del negro Anselmo,
que anda en las mismas 
y de bajada,
que lleva tantos días tosiendo
con tantos nudos en la garganta;
y el patrón dice que el negro enfermo
al fin y al cabo no gana nada,
que su flojera le importa un cuerno,
que sólo muere,
que no trabaja.




Antonio Preciado

https://www.youtube.com/watch?v=z8QO4PvuleY
Recorrer comunidades afrodecendientes de las provincias de Esmeraldas, Imbabura y Carchi marca para mi una trayectoria distinta sobre el territorio, ha sido una suerte de lectura geopolítica anclada en el mestizaje, un viaje que me dio la oportunidad de conocer de viva voz la riqueza de su cultura, así como algunas de sus luchas emancipadoras. Es una experiencia que se traduce en la ejecución de esta video-instalación titulada Materias Primas, la cual toca algunas aristas de la configuración histórica y cultural de dichas comunidades; por un lado, apunta a reflexionar sobre la convergencia de acervos africanos indígenas e hispánicos y por otro, busca cuestionar la dependencia de esos pueblos en la producción de materias no manufacturadas y su explotación a gran escala.
En ese sentido, mi primera parada fue en el paisaje selvático costeño, el cual acogió durante el siglo XVI, los primeros grupos de cimarrones liderados por Alonso de Illescas, una tierra exuberante donde crecen las plantas del apreciado cacao fino de aroma, entre otras especies que conforman la extensa biodiversidad del Ecuador y que abastece buena parte del consumo global de chocolate y sus derivados, siendo uno de los mejor cotizados en el mercado internacional . Es también en ese entorno donde por primera vez los náufragos africanos entran en contacto con las poblaciones indígenas del continente, lo que trae como resultado una serie de mixturas que van desde alianzas políticas, matrimonios, e intercambios de saberes ancestrales, así como confrontaciones políticas e ideológicas con la hegemonía criolla y mestiza irresueltas hasta el presente.

"El que no tiene de inga tiene de mandinga"

Esta frase ha sido escrita con chocolate fundido sobre las paredes del museo, impregnando la sala con su olor. En los países andinos es un dicho muy común que remarca a la herencia genética indígena y africana, siendo usada como alerta ante la negación identitaria o la discriminación.
Otro elemento que destaca en el espacio, es el colchón de bagazo, el cual hace referencia a los cultivos de caña de azúcar del Valle del Chota ( mi segundo recorrido) donde cientos de familias han dependido históricamente de la explotación de ese producto. Allá las tradiciones de la música andina se funden con los cantos libertarios de la bomba, los cuales hacen eco de la época de las haciendas esclavistas pertenecientes a la orden jesuita, donde sus ancestros esclavizados trabajaron en las antiguas plantaciones y trapiches, padeciendo crueles castigos o murieron de agotamiento, de allí que el video proyectado en una de las paredes, muestra a Don Isidro Minda, un músico que conocí en la comunidad del Juncal, y que ejecuta una canción andina de profunda nostalgia y aguda melancolía, haciendo uso de un instrumento de gran sencillez y exclusivo de esa zona: la hoja de naranjo, una expresión más del arraigo a los territorios de Juan Otamendi general de los ejércitos de Bolívar o Martina Carrillo, Fulgencio Congo y otros esclavizados que se revelaron contra el yugo de sus amos y que se suman a otros guardianes de la memoria que en el presente son importantes referentes desde las artes, el deporte, la política o la educación, por citar sólo algunos:
Papá Rocón, Petita Palma, Rosa Wila Valencia, Antonio Preciado, Juan García, Cristina Quintero, Antonio Preciado, Walter Ayoví (en la costa pacífica) Las Tres Marías, Bartolo Minda, Exequiel Sevilla, Juan Chalá, Cristóbal Barahona, Isidro Minda, Jorge Vilca, Barbarita Lara, o Cléber Chalá (en el Valle del Chota y Carchi) son sólo algunos de esos hombres y mujeres que me motivaron a realizar esta obra.


Adán Vallecillo.













sábado, 21 de enero de 2017

32 CON 8

32 con 8 es el resultado de mi residencia en Beta Local,  San Juan, Puerto Rico, en el año 2015. Allá realicé una investigación sobre Impresora Nacional, un proyecto generado por el Partido Socialista de la isla, en los años setenta y donde entre otras publicaciones de la izquierda se imprimió durante 40 años el periódico Claridad.
En medio de un álgido clima político y persecución por parte de  la policía y el FBI hacia los militantes de la lucha independentista dentro de lo que muchos llaman la última colonia en America, Impresora Nacional fue  más que una imprenta un espacio de reinvención de las relaciones laborales y la comunicación solidaria, el cual desafortunadamente tuvo que disolverse en el 2013. fue en el mismo espacio que funcionó esa imprenta donde tuve la oportunidad de recolectar materiales para mi trabajo e iniciar el contacto directo con extrabajadores y organizar algunos encuentros y entrevistas con ellos que sirvieron como información complementaria para la realización de las piezas. 
En palabras de la curadora Sofía Gallizá-Muriente dicho proceso se resume de la siguiente manera:

El arte quizás sea el lugar desde donde recuperar la memoria de la minucia cotidiana, los procesos internos y los gestos políticos que han quedado afuera de la mirada dominante y las narrativas heroicas. Adán se permite operar fuera de la lógica comercial que hizo obsoleta la tecnología de Impresora Nacional, cuando confrontó las exigencias de los rotativos que se imprimían allí y sus anunciantes. A otra escala y desde otro momento, puede retomar las máquinas y las ideas de los que las operaron para transformarlas, sirviendo como puente al presente. Puede poner en valor las formas y estéticas de su espacio de trabajo, romper con le belleza hegemónica y construir una muestra a partir de las piezas de una máquina vieja o los paños que por años recogieron los excedentes de la tinta que se imprimía sobre el papel.

Vista general de la muestra en El Lobi. 
Fotografías: Abdiel Segarra


La Rotativa


Otro Puerto Rico


Vertebral


Flora Tropical



El Pueblo Trabajador



Entrevista realizada a los trabajadores de la Impresora Nacional

viernes, 20 de enero de 2017

EARTHWORKS




Consecrated Grounds:
Post-Colonial Gastromancy in the work of Adán Vallecillo




An expanded Caribbeanist, my term for someone who embraces the multiplicities and parallels between the people of all the Americas — from the Atlantic islands to the Pacific coasts of South America and beyond, would find much to happily digest visiting Lima in the next few weeks.

« Earthworks » is a solo exhibition curated by Carla Acevedo-Yates at 80m2 Livia Benavides in the Barranco area of Lima, Peru featuring the sociological-conceptual work of artist Adán Vallecillo, hailing from Honduras and having studied in Puerto Rico.

Walking into Adán’s exhibition at 80m2, I felt like I was cautiously stepping into an archaeological dig or an educational diorama at a natural history museum. « Earthworks » is the result of an extensive field research project by Adán investigating the community of Hinche in Haiti, not too far from the border with the Dominican Republic. Adán’s focus is less monumental than the show’s title might suggest to readers familiar with land artists such as Goldsworthy or Heizer. He takes viewers on a material investigation behind the Hinche community’s process of creating bonbons terres––sweet biscuits literally made from earth.

The exhibition is sparse, permeating the space confidently and intimately, allowing viewers time and space to properly gauge the weight of these objects and ideas the artist has arranged for us. There are material explorations that attest to Adán’s fine art background: canvases elegantly painted with the bright green soil from Hinche that is separated during the biscuit-making process and lines rendered in Pepto Bismol. One of these, titled Geofagia, describes the name for what we are encountering in « Earthworks », the actual eating of earth or soil.

Eating soil is more directly to the point in terms of what Adán is showing us happening in Hinche, but the conceptual inquiry does not end there. Several pieces begin to subtly address the socio-political issues that may underpin the need for such a practice in the Western world through the inclusion of antacid tablets, anti-flatulents, and the aforementioned digestive aid of Pepto. For me, these ingredients in the context of the show made me think of the more figurative reading of geophagy, that of the earth-eater, the über-consumer. I began to imagine a large and menacing mechanized presence devouring land, flora, fauna and humans with total disregard, something perhaps resembling the Hexxus monster from the film FernGully.

From this perspective, we can begin to see how the works on view tackle the juggernaut of globalization with a special emphasis dedicated to considering how the Western world has been punishing Haiti since its independence. This reminds me of a pair of phrases my Cuban father would often utter in times of extreme public displeasure with an offensive image or careless comment: « me dan ganas de cagar » o « me dan ganas de vomitar » (« it makes me want to shit » or « it makes me want to vomit »). The sentiment I’m sure is not particular to Latin America––however, I have always been fond of the way ingesting and defecating are connoted as potentially revolutionary actions in the Southern Hemisphere. Brazil’s modernist praxis, the Manifesto Antropófago, of cultural cannibalism, is a clear example of this.

Returning to « Earthworks », the piece simply titled África, is for me the most powerful in the show and the most evocative of the metaphorical allusions I’ve been describing above. A ruffled blanket is laid unassumingly on the floor of the gallery. Raw, crushed fragments of the bonbons lie within the blanket, along with the tablet rolls of chewable digestive aids. The materials look so natural together you almost believe this could be just some ethnographic specimen taken right from a Hinche processing site, but their juxtaposition is highly intentional, especially when one considers its title. It is as if Adán has managed to condense the fraught history of Haiti––the slavery, the internal schism, the exclusion, the poverty, the suffering––all in a very neat visual poetic.

But a viewer/reader should not leave « Earthworks » satisfied that they have witnessed only a clever reprimand of global capitalism metaphorically wrapped in the package of an engorged financial beast, a bloated land-eater with appropriately severe digestive troubles. The exhibition also brings to mind the loss in most of the Western world of a real, intimate relationship with one’s land. As Camille Paglia develops in Sexual Personae, Western civilization following Egyptian antiquity and later Christianity shifted from being an earth-cult to a sky-cult. Spiritual worship became an exteriorizing conceptual projection, an embrace of the intangible, immaterial, and abstract. In many ways this understanding can be applied to the current prevailing global economic model, evermore based on illusory goods, wealth, and services.

Carla Acevedo-Yates’s curatorial statement informs us of geophagia’s appearance as a practice found throughout the world for different sacred rites, not solely for a people’s lack of nutritive options. She mentions the widespread religious belief that we are all of the earth, and to the earth we shall one day return before concluding the thought with a chilling reminder: « one way or another, we all eat dirt ».

It is a nice mental image to have had before stepping into the exhibition and it is something I have tried to reproduce here as well. For me, that last line drives home the point that this has not been a study of human « specimens », reinforcing the paternalistic disidentification of us and them, which has been central to the West’s exacerbation of Haiti’s troubles. It is rather a philosophical positioning from which to consider the many ways humans have and continue to mold and ingest the many fruits of this planet, with varying degrees of success and nausea along the way.

By Ian Deleón, November 2015



































Venimos de la tierra y hacia ella regresaremos... es una creencia que comparten muchas prácticas religiosas, ya sea ancestrales, sincréticas u occidentales. Sin embargo, el mundo no se relaciona con la tierra de la misma manera. 

Para otras, la tierra es el origen de la vida, la forma más básica de conectar con la historia y con el mundo de los espíritus, con lo invisible; la conexión con la tierra es un ritual necesario. Para el sociólogo francés Emile Durkheim, el concepto de lo sagrado une todas las religiones, lo que nos brinda una identidad social cohesiva. 


El ritual colectivo como acción cotidiana ocupa un lugar central en la formación de identidades culturales. Las prácticas y rituales de sociedades ancestrales, arraigadas en la religión, persisten en los rituales de las sociedades modernas, si bien estos han sido distorsionados y transformados por la tecnología. La geofagia, la práctica de ingerir tierra, es un ritual ancestral que aún se mantiene en la sociedad occidental. De alguna manera u otra, todos comemos tierra.


La muestra Earthworks del artista Adán Vallecillo reúne un cuerpo de trabajo en escultura, pintura, video y dibujo que surge de una investigación realizada en Haití sobre la geofagia—la ingesta de bonbons terres (dulces de tierra) o pain biscuit (galletas de pan). Vallecillo, quien utiliza métodos etnográficos y antropológicos para desarrollar su trabajo artístico, realizó estudios de campo en la región fronteriza de Hinche (Ench en la lengua créole), lugar en donde se desenvolvieron las batallas más importantes de la revolución y resistencia haitiana, y en donde se encuentran las minas de donde se extrae la tierra usada para confeccionar los bonbons terres. Utilizando y yuxtaponiendo materiales y objetos recolectados en Hinche, Vallecillo plantea interrogantes sobre la relación entre los rituales de sanación de la sociedad moderna y las prácticas espirituales ancestrales a través de los códigos estéticos de la historia del arte occidental. 


La tierra utilizada para fabricar los bonbons terre y el barro color verde que se separa durante el proceso de tamizar la tierra antes de su preparación se convierte en materia prima para desarrollar una reflexión crítica sobre procesos geopolíticos representados en la tierra y el territorio.


Carla Acevedo-Yates (curadora)


jueves, 19 de enero de 2017

RESIDUAL

Vista de la exhibición, galería PM8, Vigo, España.


Residual


Residual, is the second solo project by Adán Vallecillo (Danlí, Honduras, 1977) at PM8, a new body of work developed in Venice during the Residency illySustainArt & Fondazione Bevilacqua La Masa at the end of 2013. This specific proposal is articulated around a group of pieces which manifest Adán ́s concern with the deteriorated fragility of a city loaded with many contradictions, and whose urban-architectural decadence is an external sign of its inner boredom.

After participating in La Biennale de Venezia 2011, the new encounter with this overwhelming environment implies a new experience which turns into a particular journey. A personal voyage which started under the spell and weight of centuries of history and art but which also walked with gravity through its real social conflicts.

Adan ́s exploratory and performative practice lead him to analyze in depth this new context, which although very different from his own, presented quite a few coincidences with the situation he left behind in his country. The artist has frequently been interested in social and political issues in order to create a critical discourse, but also in an effort to generate an honest analytical thinking through his work. His recurrent interest in the social dissensions he observes in society is reflected once again in this new project, but here the artist can not escape the sensorial influence of the city, every piece is impregnated by its atmosphere, its light, its colors, and also by the oppressive sense of its tradition which is heavily grounded in its core.

Adán focused the attention of his investigations on the covert context of the place. With sharp precision he scanned the social deficiencies which seem evident to him and are visible for everyone. Disharmony unobserved by most of the visitors who seem blinded by the many architectural wonders found in their arranged itineraries. Upon his arrival, the artist felt instantly attracted by what Venice got rid of: the people, mostly illegal immigrants, who sold goods on the street and to whom he soon started to converse with, the litter left by hordes of tourists who erode the city in a never-ending procession walking to the most must-see places, and finally by other remains he finds in diverse streets, historical buildings and different corners of the urban landscape, in an attempt to give visibility to all these hidden layers of the city.

Therefore the haunting figure of Venice as an excuse to look into the roots of a system which is perpetuating an invariable urban structure which doesn ́t fit the needs of its real population. A place bewitched by the transcendence of his cultural legacy but unable to deal with the vertiginous pace of the present, the hunger of the travellers and the many requirements expected by its temporary visitors ready to consume just another product. During his Venetian itinerary Adán read some of the writings by Wolfgang Scheppe, being specially influenced by one of his most ambitious books, Migropolis, a work in which the philosopher analyses the contradictions of Venice and its further development towards a place of mass consumerism.

Tourists in Venice don ́t usually go to other areas outside places which everyone recognizes, they don ́t want to know the reality of the city, the truth behind the curtain, they want to experience the idea of what Venice is or should be, but not what the real Venice is. Adán as a visitor and as a foreigner perceives another truth, sees other parallel worlds which lay there in the decor of this shadowy theater, whose history seems to have been fused into an element of pure appearance. A place which in his long drift has almost become a brand without identity, a sort of theme park which diminishes its real soul and humanistic importance.

We might say that the project Adán Vallecillo made in Venice is a metaphor of what ́s happening in our society, we live through standard cliches, we create a facade without wanting to go any further. What matters is the souvenir of the experience, not the experience itself. We don ́t have time. We rush emotionally and physically building a fictitious reality, which might fit this ideal imposed by the social media and other forces of our society.

Francisco Salas






Todas las imágenes cortesía de Galería PM8


Teli Veloci (Telas Veloces)



Acqua Alta



Cartoncini Veloci (Cartones Veloces)


Nave I



Residual, es la segunda exposición individual de Adán Vallecillo (Honduras, Danlí, 1977) en PM8, un proyecto desarrollado a finales del 2013 en Venecia, durante los meses que duró la Residencia illySustainArt en colaboración con la Fondazione Bevilacqua La Masa. Esta nueva propuesta pone de manifiesto la fragilidad y el deterioro de una ciudad cargada de contradicciones, cuya decadencia urbanística y arquitectónica no es mas que un signo externo de su propio hastío, pero es también una proposición en donde se descubre la mirada sorprendida del nuevo mundo al confrontarse con el ocaso de la vieja Europa y su legado histórico/artístico.

Después de participar en la Bienal de Venecia en el año 2011, este reencuentro con la imponente presencia de la ciudad derivará en una intensa y peculiar travesía de hallazgos. Un viaje personal, que comienza subyugado por la seducción de la belleza y el peso trascendental del discurrir del tiempo, de la historia y del arte, y que continua con las disonancias que muestra el origen diverso de los visitantes, turistas y emigrantes que van llegando y habitando la ciudad.

La practica exploratoria y performativa de Adán Vallecillo le llevará a cuestionarse cada uno de sus descubrimientos y a analizar este nuevo contexto, en el que encuentra puntos de conexión con la situación que deja en su país y el área centroamericana. Las cuestiones político-sociales han sido siempre una referencia en su trabajo, Adán actúa como un activista cuya ambición es la de generar en el espectador un pensamiento crítico a través del arte, lograr que éste participe de su experiencia y que su papel no quede reducido al de un sujeto pasivo que ve todo desde la distancia. Residual no escapa a este recurrente interés del artista por lo social, pero aquí no elude la fuerza sensorial de la ciudad que impregna cada trabajo con su atmósfera e incluso con la presencia opresiva de una tradición fuertemente arraigada.

El artista se aproxima con curiosidad a cada conflicto o pequeña historia que surge durante sus paseos, disonancias que pasan desapercibidas para los visitantes, cegados por las maravillas arquitectónicas que descubren a lo largo de los itinerarios programados. Desde su llegada Adán Vallecillo se siente atraído por todo lo que la ciudad va dejando de lado: los emigrantes ilegales que venden mercancía en las calles y con los que pronto comienza a conversar en sus recorridos diarios; los deshechos y desperdicios que van dejando hordas de turistas que erosionan la ciudad en su interminable peregrinar por Venecia, además de otros despojos que el artista encuentra en su deambular por calles y lugares de este particular paisaje.

La misteriosa Venecia como excusa para remover la base de un sistema que se perpetua en una rígida estructura urbana, que ya no se adecua a las necesidades de su población real. Un lugar ensimismado por la trascendencia de su legado cultural, incapaz de lidiar con los vertiginosos cambios de la sociedad, de resistir el ansia de los viajeros que la visitan y las exigencias de un número ingente de visitantes programados para consumir un producto previamente procesado. Durante este itinerario Veneciano el artista explora algunos de los escritos de Wolfgang Scheppe, leyendo con especial interés una de sus últimas publicaciones, Migrópolis, un ambicioso proyecto en el que el filósofo analiza las contradicciones de Venecia y su desarrollo hacia un lugar destinado al consumo de masas.

El turista en Venecia no frecuenta las áreas fuera de los recorridos señalados, de hecho tampoco le interesa conocer su realidad, quieren experimentar esa “idea” de Venecia o al menos lo que todo el mundo espera encontrar en ella. Adán como visitante y extranjero observa otra realidad, otros mundos que discurren de modo paralelo en el gran decorado de este teatro sombrío y decadente. Un lugar convertido tras su larga deriva en una marca sin identidad, en un viejo parque de atracciones que ha perdido parte de su verdad e importancia humanista.

Podemos decir que este proyecto realizado por Adán Vallecillo en Venecia es, quizás, la metáfora de una sociedad estandarizada que busca evadirse de lo cotidiano a través de experiencias de consumo que le permiten llenar sus múltiples carencias. Lo que importa es el “souvenir” de lo vivido; vamos a todas partes sin tiempo, corriendo física y emocionalmente, construyendo una realidad ficticia y superficial que pueda encajar en ese ideal.

Francisco Salas

miércoles, 18 de enero de 2017

INTERPELACIONES



Performance durante la inauguración
INTERPELACIONES
Sala de Arte Público Siqueiros (SAPS), Ciudad de México.


Las artes tienen la capacidad de funcionar como coyunturas en denuncia de paradigmas políticos y sociales, respondiendo a formas de dominación económica, estatal e ideológica.
Con Interpelaciones, Adán Vallecillo (Honduras, 1977), busca identificar y cuestionar las características del componente político en el arte latinoamericano actual, a la par de distinguir la incidencia que ha tenido el trabajo de algunos de los artistas más emblemáticos en este campo a partir la mitad del siglo XX al tiempo presente.
El proyecto se compone por tres elementos Acción: un actor caracterizado como David Alfaro Siqueiros interpela a los asistentes el día de la inauguración; Instalación: Vallecillo rescata el poema “A Siqueiros al partir” escrito por Pablo Neruda cuando visitó a Siqueiros en la cárcel, mientras cumplía condena por cargos de disolución social entre 1960 y 1964. Disoluciones: en una segunda etapa se realizarán mesas de discusión con la participación de artistas, críticos y curadores para debatir la relación –arte y política– partiendo de las implicaciones de la producción de la obra de arte.
Vallecillo polemiza las condiciones en las que los artistas se emplazan al respecto de ciertos puntos de inflexión del sistema político y económico que acontece en Latinoamérica. ¿A qué obedece que la circulación en el mercado de arte latinoamericano contemporáneo sea principalmente arte contundentemente político?, los cambios en el paradigma político, ¿de qué forma han influido en la producción artística?, son algunas de las preguntas que el artista plantea a través de un gesto que se enuncia desde una posición abstracta, cercana a su práctica artística.
La propuesta curatorial sitúa el arte y lo político como espacios desestabilizadores cuyas fronteras se encuentran en constante reformulación. Polémicos e inestables, de manera inherente el arte y lo político funcionan como terrenos de experiencia y acción a través de los cuales los significados sociales se generan e instituyen, cuestionan y en algunos casos, homologan, crean hegemonías.
Yameli Mera
Curadora







A Siqueiros, al Partir


Aquí te dejo, con la luz de Enero,
el corazón de Cuba libertada

y, Siqueiros, no olvides que te espero

en mi patria volcánica y nevada.

He visto tu pintura encarcelada

que es como encarcelar la llamarada 
Y me duele al partir el DESAFUERO!   

Tu pintura es la patria bien amada,
MEXICO ESTÁ CONTIGO PRISIONERO.

Pablo Neruda