jueves, 5 de enero de 2017

SOCIEDAD ILÍCITA


Lo que hace posible la injusticia no es la ley injusta, sino la obediencia a esta ley injusta; y la mejor manera de luchar contra esta injusticia es desobedecer la ley. (Muller, 1983)

Sociedad Ilícita

El día domingo 28 de junio de 2009 a las 5AM me encontraba en el aeropuerto de Comalapa en El Salvador, rumbo a la sala de espera de la puerta 9, donde abordaría el avión que me llevaría de regreso a mi país. Minutos más tarde entró una llamada a mi teléfono, era mi compañera, quien me comunicaba para mi asombro, que se había producido un golpe de Estado en Honduras, y que el presidente Zelaya había sido sacado por la fuerza de su casa y trasladado en un avión hasta Costa Rica, por la madrugada.

Ya en la sala de espera se sentía la tensión. Una de empleadas de la compañía nos advertía por el alto parlante del riesgo de  volar hasta Tegucigalpa, debido al cierre del aeropuerto, esto por razones políticas... Después de largas horas de espera en el aeropuerto, la compañía nos envió, por la noche, a un hotel cinco estrellas. Inmediatamente solicité la clave de acceso al Internet inalámbrico, para comunicarme con mi familia y amigos, pero las líneas estaban bloqueadas. Luego sintonicé algunas radios locales, al mismo tiempo encendí la televisión  y busqué algunos canales de noticias internacionales que transmitían al mundo como en cuestión de minutos, se leía una carta de renuncia falsa, de Zelaya y se nombraba un nuevo presidente de la República en el mismo seno del Congreso nacional.

De allí mi asombro comenzó a convertirse en indignación y miedo por lo que estaba aconteciendo en mi país. Inmediatamente recordé que, exactamente un año atrás, inauguraba en Tegucigalpa una muestra personal con el nombre de Sociedad Ilícita; En la cual me propuse revelar mediante una parafernalia objetual, las fuerzas ocultas de una sociedad que vigila, controla, y reprime en beneficio de una minoría hegemónica que históricamente, se ha enriquecido a costa de la sangre, la humillación y la sobre explotación de las mayorías pobres.


 En ese sentido, aquella tarde y reunidos en su gueto,  decenas de diputados y diputadas de cuestionada reputación,  en complicidad con los militares y varios empresarios, echaban por la borda el último despojo de una democracia representativa  que sirvió de mascara para ocultar las injusticias, la corrupción, el despotismo, la demagogia, la represión y la impunidad, características puntuales de una Sociedad Ilícita. Al mismo tiempo que nombraban como nuevo presidente a Roberto Micheletti, un político fracasado y ambicioso, que ha permanecido durante 28 años en el congreso y a quien recordamos cuando en el año de 1985, trató de convertir el Congreso Nacional hondureño en una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la constitución de la república, la misma que hoy en día defienden los políticos y militares golpistas como su estandarte, frente al repudio nacional e internacional que ha generado el golpe de Estado.  En aquella ocasión Micheletti llamó a una Constituyente para ampliar el mandato del presidente de la época, Roberto Suazo Córdoba (cómplice de la campaña de terror impuesta por los Estados Unidos durante la Guerra Fría en Centroamérica).

Hasta hoy los golpistas mantienen su posición de intolerancia, terror y persecución. La situación de esta Sociedad Ilícita  es bastante grave, y no parece haber ninguna disposición para tomar en cuenta la participación de los diversos sectores de la sociedad civil que repudiamos el golpe. Todo se presenta como si las cosas fueran blanco o negro: Los que están a favor, o en contra de Manuel Zelaya.

Ojalá todo fuera así de fácil. La censura, persecución,  desaparición y muerte de personas, va en aumento; como si Honduras emergiera como el eslabón "perdido” de la guerra fría, incluso con personajes nefastos de aquella época como Billy Joya (uno de los actores intelectuales de las desapariciones forzosas durante los ochentas, y que ahora ha sido premiado por el gobierno golpista con el cargo de asesor de seguridad de Micheletti). Las invocaciones al fantasma del comunismo vuelven a ser una justificación para todas esas estrategias de represión y miedo, con anuncios y declaraciones en los medios de comunicación que hacen parecer que nuestro contexto social y político se puede comparar  con Venezuela, Ecuador, Cuba o Bolivia.
Nuestro país ya no volverá a ser el mismo. Si el presidente Zelaya regresa o no, ya se ha desatado una confrontación de clases sociales y grupos de poder económico ligados o enfrentados al crimen organizado el cual, se favorece del caldo de cultivo generado por la inestabilidad.
Para los que todavía no se quieren dar cuenta, en Honduras estalló, a partir del golpe, una crisis política de consecuencias insospechadas para Latinoamérica y su relación con el resto del mundo. Es muy triste decirlo pero aquí, estamos sentados sobre un polvorín que puede llenar de luto a muchas familias. Y lo más grave es que la estrategia de los golpistas hondureños se ha convertido en una justificación para el uso de mecanismos de desestabilización propios de una Sociedad Ilícita que extiende sus tentáculos para asfixiar cualquier brote de libertad y emancipación de los pueblos.

 
Adán Vallecillo
Artista Visual hondureño

20 de julio de 2009

Experimento




Lazarillos




Hombre Fuerte



Sala de Disección





No hay comentarios:

Publicar un comentario