jueves, 12 de enero de 2017

PINTURA MURAL TEGUCIGALPA


Contra el Arte

Las estrategias estéticas implementadas por Adán Vallecillo intensifican el valor constitutivo que la materia, como sustancia primaria del trabajo artístico, tiene en la configuración conceptual de la obra. En Pintura Mural, el artista recurre a vertederos para localizar entre desechos los pigmentos que luego organiza en una composición multi-cromática reticular. El carácter redisual de estos materiales nos remite a un singular modo de significar al que recurre Vallecillo: la temporalidad implícita en los materiales mismos, indicios de trabajos inútiles o de frescos fetiches de la maquinaria capitalista. La significación está en el propio gesto del artista de recurrir a desechos y escombros para crear un discurso visual, y provocar así un diálogo sobre el modo de producción que tan empeñadamente, y a pesar de recurrentes fracasos, se defiende en Honduras con delirantes racionalizaciones, absurdos discursos políticos, alienante publicidad, gas lacrimógeno, torturas y asesinatos. En Pintura Mural, el color y la forma no sólo surgen de la misma basura, sino que la obra misma, tanto proceso creativo como resultado expositivo, se localiza en y alrededor del vertedero. La obra radicaliza así su crítica del modo mismo de producir arte en Honduras, un modo aun fascinado por las falacias de una industrialización que nuestro país nunca desarrolló. Constituye entonces no sólo una crítica al modo de producción que se persigue en Honduras, sino que también es un llamado a repensar nuestra forma de producir arte, tanto material como conceptualmente.

--Gustavo Larach
Albuquerque, agosto de 2012

fotos: Fernando Cortés









No hay comentarios:

Publicar un comentario